LA MIXOLOGÍA A ESCENA
¿Qué vas a tomar este fin de semana? Aquí te tenemos tres suculentas opciones bajo los hechizos del mezcal.
Siempre han existido las bebidas consagradas con la etiqueta Premium, pero los actores que las protagonizan, vaya que esos han cambiado. Puedes ir de aquí a allá, recorriendo sinfín de escenarios que toman la forma de una agraciada barra y el papel del diestro Barman, y no terminarías de saborear cuanta dramaturgia a beberse te extienden en una sola copa.
Por ello me resulta muy grato encontrar dentro de estas alquimias o teatralidades, conocidas en realidad como el arte de la Mixología, a mi trago predilecto: el mezcal. Elaborado con plantas a las que posiblemente debas esperar hasta 30 años de maduración para engarzarle procesos y tecnologías ancestrales, esta bebida espiritual se ha posicionado como una de calidad suprema.
Sumado a esto viene la Mixología, un elegante y selecto término para adjetivar la destreza de mezclar bebidas de personalidad espirituosa. Sin estorbar u obstaculizar su sabor, los mixólogos amalgaman la esencia del destilado con frutas como la fresa, la granada o la piña; flores de jamaica, bugambilia o la que se halle próxima, proteínas en la que no debe faltar el chapulín oaxaqueño, semillas de cacao o de otra estirpe y hierbas de olor como el romero. Pero qué les parece si para amplificar el antojo, les presento estos tres cocteles que en el Mezcal-Art de San Miguel de Allende me sirvieron.
FLOR DE GARAMBULLO. Decidí abrir con esta bebida por su postura refrescante. Fue así que la combinación de la ginebra con naranja, mermelada de garambullo y unas notas de manzanilla rematadas con el toque que despide el romero, alistaron apenas el paladar para seguir degustando diversas delicias.
BROCHA PÚRPURA. Vayamos con otra melodía para el paladar, subamos decibeles. Con este coctel se viene el mezcal acompañado por una mixtura de durazno, zarzamora y jarabe de bugambilia. No solo su presentación me sedujo, también ese memorable picor a la vista y directo a las papilas gustativas.
CORAZÓN DE MAGUEY. Cerremos con algo evidentemente dulce para no olvidar esta trilogía. Ahora al mezcal lo escoltan la piña, el piloncillo y un ligero afluente de crema de coco. Sorbo a sorbo la experiencia se enfila al último acto, llevándome un repertorio de texturas y sabores al que sin tardarme volveré.
¿Tú qué vas a tomar este fin de semana? Sonreí al escuchar esa pregunta. Evoqué a mi también teatrero abuelo cuando me invitaba en los días de estreno a aprender a beber… sí, hay que aprender a hacerlo.