Encuadre a puerta de madera clásica de Guanajuato con llave antigua

HACIENDAS DE GUANAJUATO

Ventanas de nuestra historia que se acoplan al momento que deseemos.


Si se piensa en un estado que ha transformado la vida de México, mientras se disfruta de ciertos espacios que han sido recuperados y están disponibles para conocer nuestra historia, entonces son múltiples las razones para recorrer las haciendas de Guanajuato.

A partir del siglo XVI y durante toda la época colonial, una hacienda fue una finca dedicada a diferentes labores, como por ejemplo, la agricultura, la ganadería o la minería, principalmente. Desde su origen, las haciendas no fueron simplemente su construcción y la arquitectura de sus edificios, ni tampoco el paisaje que a muchas de ellas las caracteriza. Las haciendas fueron el centro social y económico que permitió la subsistencia de la vida cotidiana de los pueblos, que paulatinamente, fueron formando villas y ciudades.

Pared rústica con puerta de madera en Hacienda Vergel de Guadalupe

Hacienda Vergel de Guadalupe


En las haciendas —generación tras generación— miles de mujeres, hombres y sus familias, nacieron, trabajaron, vivieron y murieron en estos sitios que hoy se levantan ante nuestros ojos con grandes arcadas, en gruesos muros como fortalezas, en torres suntuosamente decoradas que desafían a las nubes y en extensiones que cubrían inmensidades de tierra que se perdían a la vista como el mar. Aquí se forjaron abolengos y cacicazgos, pero también anhelos de libertad y de justicia. Así, en estos espacios, se fraguaron la lucha, la guerra, la esclavitud, la fortuna, la miseria y la fiesta. Se vivieron lo sagrado y lo profano, la celebración de la comida y de las bebidas; el cultivo de los alimentos y la crianza de variados ganados. También hubo espacio para la tertulia, el sufrimiento y la alegría, para la vida privada y para la vida pública.

Patio clásico con dos cañones antiguos y plantas de nopal en Hacienda Vergel de Guadalupe

Hacienda Vergel de Guadalupe.


Con el paso del tiempo, muchas haciendas fueron cambiando sus actividades. Por ejemplo, de la agricultura a la ganadería. Muchas otras fueron transformadas, como el caso de algunos conventos que pasaron a ser haciendas. Especialmente durante las guerras, muchas haciendas fueron ocupadas como cuarteles para las tropas y habilitadas como hospitales. Otras más se convirtieron en pequeñas fábricas y centros textiles. Algunas incluyeron escuelas, pequeños cementerios e iglesias y viviendas para sus trabajadores. Las muy grandes llegaron hasta tener acceso a las vías del ferrocarril. Otras no corrieron con la suerte de ser fraccionadas y divididas y se fueron reduciendo o destruyendo hasta quedar en cascos y viejas ruinas, en vestigios del tiempo.

Ruinas de Antigua Hacienda la Garrapata.

Antigua Hacienda la Garrapata.


Pero muchas otras lograron resistir los embates de las guerras, los incendios y los desastres naturales. Ahora, nos ofrecen un hotel fuera de lo común y con la habitación ideal. El museo único, la cocina mexicana de la que todos hablan y que hay que saborear. La piscina exclusiva o el balneario para la familia. El paseo a caballo por los sembradíos que serpentean como ríos vegetales. La oportunidad para peregrinar en la ruta del mezcal o del tequila y paladear las delicias destiladas del maguey guanajuatense y muchas otras actividades para la familia, las parejas o los viajeros en búsqueda de la cultura, la historia y la aventura del momento.

Interior de Ex Hacienda San Juan Pan de Arriba,con mesa de madera y algunos instrumentos rudimentarios

Ex Hacienda San Juan Pan de Arriba


Si bien es cierto que existen muchas haciendas en otros lugares del país, el dilema que siempre se plantea es el de visitar o no lugares muy turísticos. En Guanajuato, la red de pueblos con herencia colonial, de caminos con espectaculares paisajes, de montañas llenas de color verde y marrón, de casas de piedra y haciendas inconfundibles para cada región y de espacios históricos únicos, brindan una diversidad que va más allá del típico “sitio turístico”. Porque en Guanajuato se cuentan historias, se vive el pasado en el presente, se descubren sitios nuevos y se reencuentran otros que ya son parte de la memoria y de las experiencias de los mexicanos.

Interior de Ex Hacienda San Juan Pan de Arriba con contenedor de madera y algunas repisas

Ex Hacienda San Juan Pan de Arriba


Así que visitar las haciendas de Guanajuato representa más que la mera descripción de cosas nunca vistas. Guanajuato es especialmente un espacio para revelarnos el sentido natural y sobrenatural de las cosas. Revelar el sentido en una doble acepción de la palabra: otorgarles un significado dentro del mundo actual y mostrar el mundo futuro que señalan. Por todo esto, las haciendas de Guanajuato son ventanas de nuestra historia que se acoplan a nuestro momento, ofreciendo cultura, historia, descanso, esparcimiento y vivencias únicas para todos aquellos que desean ser viajeros en el tiempo y conocer las hazañas históricas de nuestro país.